En el fondo
El problema ya se siente en todo el país. Y es que la enorme cantidad de huecos que tapizan nuestras calles es algo imposible de ignorar, pues basta que su carro o camión ande unos cuantos metros para recordarle el deplorable estado de la infraestructura vial. Al igual que la mayoría de obstáculos en los últimos años, los huecos siguen sin ser parte de un plan integral que acabe con ellos. Las localidades con más suerte, ven como los arreglan para volver a aparecer, incluso más grandes, meses después. La última medida propuesta por le Ministerio de Obras Públicas incluye el aporte de ¢100 millones a 13 municipios del área metropolitana para tapar 6,000 agujeros. Esto por supuesto mientras se desarrollan soluciones permanentes. Según las municipalidades uno de los problemas es que Hacienda tan solo entrega la mitad del fondo correspondiente al impuesto sobre los combustibles. Entonces, ¿cuál sería una propuesta recomendable? Que se le de el uso correcto a los recursos dados por los costarricenses para las diferentes necesidades que debe cubrir el gobierno. Por el momento cantones como Curridabat, Aserrí y Coronado tendrán un respiro de esos enormes hoyos negros que parecen ensañarse contra los costarricenses. Y eso está bien, lo único es que todavía seguimos a la espera de proyectos de largo plazo que saquen al país del subdesarrollo vial. Por eso alentamos a las autoridades a implementar un manejo acertado y eficiente de los recursos, que bien utilizados estamos seguros que servirían para eliminar los huecos y más.