¿Qué han hecho otras ferreterías en el mundo para enfrentar la crisis?
En solo 19 días alrededor de 1000 propietarios de ferreterías y profesionales afines a ese sector y la construcción, como maestros, plomeros – gasfiteros, ingenieros o arquitectos se han sumado a una nueva plataforma virtual que vio la luz en medio de la emergencia por el coronavirus (COVID-19), el 24 de abril pasado.
Ecuador.- Se trata de www.ferrimaxcerca.ec que según Roberto De Stefano, director de la plataforma, se creó como una solución para los negocios que no tienen portales web, como las grandes cadenas de home center, para vender sus productos. Este sector es uno de los que están autorizados para reactivar sus actividades, pero sólo a través de compras online y entregas a domicilio.
Según De Stefano, el impacto del COVID-19 es devastador en el sector ferretero que ha estado paralizado casi por dos meses, generando que el 18 % de las ventas del año ya se den por perdidas.
«Una cuenta rápida, el año tiene 50 semanas de ventas, y estamos en la novena sin trabajar, es un 18% del año perdido. Todas las ferreterías están al límite», analizó el dirigente, quien aseguró que las ferreterías nunca debieron estar cerradas, pues dice que son el canal de distribución de muchos de los productos necesarios para lucha contra la pandemia.
Los ferreteros independientes que deseen utilizar la plataforma, pueden hacerlo de manera gratuita e inmediata, publicando sus datos y número de WhatsApp en la plataforma.
La plataforma tiene el respaldo de Ferrimax ccs (central de compras y servicios), una asociación de ferreteros independientes que se lanzó en el segundo semestre del año pasado.
De Estefano explicó que la asociación se creó como solución ante la pérdida de rentabilidad de las ferreterías independientes frente a los formatos tipo home center que continuaban creciendo y abriendo sucursales.
«La propuesta fue bien acogida y al inicio de la cuarentena contábamos con 50 asociados y 20 más en proceso, que formalizaron su adhesión en las últimas semanas», sostuvo el dirigente, quien reveló que se basó en un modelo europeo.
En tanto, pese al mal momento de estos negocios se han acoplado a las ventas online y a domicilio, pero a puerta cerrada, como en el caso de Víctor Albán, socio de Ferrimax y propietario de la ferretería Crisol, ubicada en Rumichaca y Sucre, en el centro.
«Se hacen nuevos gastos para poder atender a los clientes a domicilio pero son cosas de esta nueva realidad, a la que le estamos haciendo frente», manifiesta Albán, quien sin embargo aseguró sentirse agobiado por la acumulación de deudas que le generó cerrar su negocio por la emergencia.
Ximena Cabrera, de la ferretería Mis Pinturas, en la onceava etapa de la Alborada, también ha incurrido en gastos adicionales para poder vender en modalidad de pedidos por teléfono con delivery y pick-up, contratar publicidad, transporte para personal y entregas y equipos de bioprotección, pese las pérdidas que califica de «incalculables».
«Si no trabajamos un día no hay ingresos y si no lo hemos hecho en casi dos meses estamos casi en la quiebra», expresó preocupada Cabrera, quien pidió flexibilidad y que permitan abrir los negocios aplicando las medidas de bioseguridad para protegerse del COVID-19.
Carlos Salazar, dueño de Dismasa, ubicada en la séptima etapa de la Alborada, tuvo que pedir nuevos préstamos en su tarjeta y postergar obligaciones con sus proveedores para contrarrestar las pérdidas por el cierre físico de su negocio.
«El comercio todavía no estaba preparado y los costos del delivery depende del monto de la compra, si la compra es pequeña se cobra el valor del flete al consumidor», dijo Salazar.
Mientras, Leonardo Salazar, dueño de la Ferrycons, ubicada en la Isla Trinitaria, aseguró que la crisis les ha permitido a los negocios innovar, crear, rediseñar ideas o estructuras para sobrevivir, aunque reconoce que muchos negocios del sector ferretero están al borde de cerrar, incluido el suyo.
Me sorprende en este artículo , La camaradería que la plataforma esté a disposición de forma gratuita para otros ferreteros. En nuestro país lastimosamente no sucede esto. Prueba de ello es que todos los fines de semana que estuvimos cerrados y el lapso largo de la Semana Santa no había ninguna organización , porque grandes y chicos no estamos agrupados como gremio , que expresara que éramos parte de un servicio esencial y que ocupamos para subsistir permanecer abiertos y operando. Los grandes depósitos de materiales y franquicias internacionales ven a los chicos como competencia y no como parte de un premio donde cada uno nada como puede Y sale como pueda….
«El pais mas feliz»..