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China busca comprar empresas

China es mucho más que la fábrica de juguetes, ropa y electrodomésticos baratos del mundo. El país ha salido de compras. Y está adquiriendo cada vez más empresas de calidad en los países desarrollados. Esta semana, HNA se hizo con el 25% de la hotelera Hilton. Las bombillas Osram y la suiza Syngenta pueden ser las próximas en caer. “La lista de compras de los chinos es enorme”, dijo hace unos días Joerg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio de la UE en Pekín.

Desde el año pasado, han invertido fuera de sus fronteras más que las inversores extranjeros en su territorio. Un estudio de Bloomberg estima que este año los chinos se habrán gastado 200.000 millones de euros en adquisiciones transfronterizas, un 230% más que el año anterior. Es una cifra récord. Por primera vez, China ha superado a EE.UU. en el ranking de compradores transfronterizos. Europa es el destino de la mitad de estos flujos.

Los chinos necesitan dar salida a su enorme liquidez, unos 3 billones de dólares de divisas y mejorar su productividad pero también sus niveles de vida. Para ello, las firmas occidentales representan una oportunidad magnífica para sus ambiciones de crecimiento y, como indicaba Ernst & Young (EY), la mejor manera para hacerse con activos en dólares y en euros, ante la depreciación del reminbi. Según el último informe sectorial de Esade, el ritmo de la actividad inversora de las empresas chinas, alentada por el gobierno central, durante la última década triplica la media mundial.

Hasta el 2013, las empresas chinas, en su mayoría de matriz pública, se centraban en la compra de materias primas en países emergentes. Ahora esto ha cambiado. El capital privado ha tomado la delantera. Volvo, el Puerto de El Pireo, Club Med, Pirelli, Kuka Robots, Legendary Entertainment o el Inter de Milán: todas ellas hablan chino. “Los ejecutivos que negocian estas operaciones se han formado en el extranjero o han trabajado en firmas internacionales. Saben lo que hacen”, comenta un analista. Luis Torras, de la consultora Reliance Partners, dice que “no compran por capricho. Valoran la seguridad jurídica de Occidente y el know how que le permite ganar concursos. Son conscientes de que tienen un problema de marca. Por eso compran enseñas de alto valor añadido”.

“Hoy, una empresa, para vender más en China, debe ser global porque la clase media ahí ya no se conforma con lo local. De ahí que las firmas chinas estén saliendo al exterior a comprar grandes marcas”, explica la profesora de Esade Ivana Casaburi.

Pero esta estrategia agresiva está despertando recelo. Muchas de estas firmas todavía tienen una presencia, si bien mínima, de capital público. En Alemania, donde las compras chinas se han multiplicado por ocho en el año, el ministro de Economía, Sigmar Gabriel, ha frenado una operación para hacerse con la firma de semiconductores Aixtron, allegando protección de intereses estratégicos. François Hollande, presidente francés, también vetó la venta de Accor.

Amadeo Jensana, director del área de negocios de Casa Asia, cree que estos temores no están justificados. “Para una firma occidental la compra de una china es también una oportunidad para introducirse en el mercado asiático. No es que quieran trasladar la producción a otro sitio, sino ganar dinero con esta empresa”.

“Si se miran las compras de los últimos años no se ven experiencias negativas. En parte porque los chinos, de forma inteligente, dejan un amplio margen discrecional de gestión a los equipos directivos occidentales”, señala Casaburi.

El citado informe de Esade recuerda que no hay que subestimar la capacidad tecnológica del país. “Las patentes en China crecen a un ritmo del 20% anual, con 400.000 solicitudes. El país participa en el 37% de las exportaciones mundiales de alta tecnología y cada año se gradúan un millón de ingenieros”. Por todo ello, según Jensana, la influencia de China está destinada a crecer. “Representa el 15% del PIB mundial, pero esto todavía no se refleja a nivel empresarial de sus multinacionales. Ahora están compensando este desequilibrio”.

La inversión en España se dispara un 120%

De acuerdo con el estudio de Esade, la inversión de China en España en el 2015 se disparó un 120% hasta alcanzar los 1.880 millones de euros. Sólo el año pasado la cifra fue superior a la inversión recibida en los cinco anteriores. Este año la tendencia se ha intensificado y la progresión respecto al 2015 va a ser notable, aunque falten operaciones de gran magnitud. En la actualidad, los chinos se fijan en muchos sectores, desde la alimentación pasando por la energía (Madrileña Red de Gas) hasta el fútbol (RCD Espanyol) y logística. Un centenar de compañías han desembarcado en el país. Luis Torras explica cómo a los chinos les atraen las fincas rústicas en España y por ejemplo están interesados en comprar terrenos y bodegas (Marqués del Atrio, Navarra). “Los chinos valoran el sector agroalimentario español, sinónimo de calidad en el consumo”, valora la profesora Ivana Casaburi, de Esade.